Uncastillo, en la comarca de Cinco Villas, quiere arrojar luz sobre su pasado más oscuro. Por eso la asociación Charata, que lucha por la recuperación de la memoria histórica, empezará el próximo fin de semana la búsqueda de la fosa donde yacen dos hermanas, vecinas del pueblo, que murieron tiroteadas en las Peñas de Santo Domingo, a 1.524 metros de altitud, cuando trataban de huir de un grupo de falangistas que las perseguían.

Los hechos se remontan al 20 de agosto de 1936, en pleno terror caliente de la guerra civil española. Y lo que hace especialmente doloroso el caso de las víctimas, Rosario y María Lourdes Malón Pueyo, de 23 y 18 años, es que sus padres también murieron en la contienda. El progenitor, por el agotamiento de la huida y el dolor por la muerte de sus hijas. Y la madre, fusilada unos días antes en Luesia, junto a otros vecinos de Uncastillo.

Solo su hermano Mariano sobrevivió al conflicto, si bien pasó varios años en prisión y como soldado penado en un batallón de castigo. El crimen de la familia Malón era su simpatía por las ideas republicanas. Rosario y María Lourdes militaban en las Juventudes Socialistas y habían bordado una bandera de la República.

RESCATAR DEL OLVIDO

Ahora, Charata se ha propuesto "rescatar del silencio y del olvido" a las dos hermanas y "mitigar en parte el dolor de una familia que fue prácticamente exterminada en agosto de 1936", según su presidenta, María del Carmen Ríos.

El proyecto se lleva a cabo a instancias de un familiar de las víctimas y cuenta con el apoyo de la Asociación para la Recuperación e Investigación contra el Olvido (Arico), que recientemente llevó a cabo una exhumación en el cementerio de Sos del Rey Católico.

Las hermanas fueron fusiladas en la cima de Santo Domingo, junto con otra persona. Todas ellas, además de su padre, se habían refugiado en unas cuevas existentes en ese paraje de la provincia de Zaragoza.

Los trabajos de búsqueda e identificación de los restos, con un presupuesto de 5.800 euros, los llevará a cabo un equipo técnico compuesto por varios arqueólogos, un antropólogo forense, un restaurador y personal voluntario. La primera fase del proyecto consistirá en la localización de la fosa dentro de una superficie de unos 400 metros cuadrados.