Engañados y al raso en Zaragoza

Seis senegaleses pasan la noche en la calle después de llegar a la capital aragonesa con la promesa de que los acogerían. Resultó un engaño que dejó a estos jóvenes desamparados, sin conocer a nadie en la ciudad y sin hablar español. En Tik Tok han podido contactar con algunos paisanos que buscan una solución

El grupo de senegaleses, en un banco de la plaza España de Zaragoza.

El grupo de senegaleses, en un banco de la plaza España de Zaragoza. / Laura Trives

Aquellos que el pasado jueves y este viernes transitaron la plaza España de Zaragoza quizás se percataron de la presencia de un grupo de jóvenes africanos que ahí esperaban con sus maletas y otras pertenencias. Podría ser la estampa de unos recién llegados a una ciudad que desconocen y que descansan en un bonito enclave del centro, antes de llegar a su destino y encontrarse ahí con sus seres queridos o contactos en el país. Sin embargo, la historia de estos seis senegaleses está lejos de parecerse a esta situación. A la ciudad llegaron engañados, bajo la promesa de que una persona les iría a buscar para prestarles asistencia, y ahora están desamparados en un lugar desconocido, sin contactos ni conocer una sola palabra de español.

Lo contaba este viernes a este diario Abdul, un compatriota que vive desde hace ya tres años en España y con el que consiguieron contactar a través de la red social Tik Tok. Allí acumula casi 115.000 seguidores con su perfil Lamtoro, en el que aborda cuestiones relacionadas con la inmigración en España. Con él estaban también otros dos senegaleses residentes en la ciudad, tratando de echar una mano ante esta situación.

Según relataba, los chicos llegaron el jueves de Madrid, donde estuvieron medio año atendidos por una asociación, tras entrar en España por Canarias. Hace unos días, en la capital del país alguien les dijo que fueran a Zaragoza, donde serían recibidos por una persona en la estación de autobuses y luego recibirían atención. Sin embargo, en las dársenas de Delicias nadie estaba esperándoles y el contacto telefónico que les facilitaron resultó ser "falso". "No tienen aquí ni familia ni dónde ir", insistía Abdul.

VÍDEO | Un grupo de seis senegaleses pasarán la noche en la calle después de prometerles una acogida

Laura Trives

Al conocer esta situación, este joven les dijo que acudieran al Refugio y al albergue municipal, para que así pudieran dormir resguardados y no al raso, como ya tuvieron que hacer el día de su llegada. Sin embargo, en ninguno de estos dos servicios había plazas para ellos. "Y en mi casa yo no puedo recoger a más gente", añadía este senegalés, que ayer trataba de contactar con más paisanos en la ciudad para evitar que estos jóvenes tuvieran que dormir otra noche más en las calles. "Pero, de momento, nada", se lamentaba.

Sucede, además, que estos chicos no constan como solicitantes de asilo, algo que impide, según explicaba, que puedan atenderlos las asociaciones que trabajan con inmigrantes. "Si no sabes hablar español y no tienes un permiso de trabajo, ¿cómo vas a vivir? Va a ser muy complicado", anticipaba Abdul sobre este caso.

En busca de una solución, ayer también acudieron a la Casa de las Culturas, un centro social dependiente del Ayuntamiento de Zaragoza al que llegaron pocos minutos antes de que cerrara. A pesar de ello, el personal que allí trabaja atendió sus demandas.

Sin embargo, este equipamiento no dispone de prestaciones para ofrecer una solución habitacional en casos como el de estos seis jóvenes. Solo en situaciones de vulnerabilidad, con menores o familias con menores, pueden ofrecer algo así.

Vuelta a la incertidumbre

De hecho, en la ciudad son el Refugio, con 60 plazas para hombres y seis para mujeres, y el albergue municipal, con 60 habitaciones para varones y doce para mujeres, los dos únicos espacios que dan respuesta a personas en su situación.

Por ello, y aunque las personas que trabajan en este centro sí que tomaron nota del caso y les asesoraron en la medida que pudieron, los seis senegaleses tuvieron que regresar sin un horizonte claro a las calles de Zaragoza, más bien, en una situación de total incertidumbre. "Son chicos que no saben nada, que se van a quedar allí", subrayaba Abdul.

Tras ello, el grupo salió de la Casa de las Culturas y se encaminó, acompañado por sus tres nuevos amigos, hacia el lugar de donde partieron, la plaza España. Allí regresaron a unos bancos en los que continuaron dándole vueltas a cómo evitar dormir de nuevo a la intemperie en una ciudad totalmente ajena.

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